Sunday, December 11, 2016

El litio entre la competencia internacional

La explotación del litio y su pronta industrialización, constituye en la actualidad el motivo de una abierta competencia que para los países poseedores de las mayores reservas del oro blanco contenidas en el triángulo extremo que forman Bolivia, Chile y Argentina en Sudamérica significará una transformación económica de grandes proporciones, por lo mismo el mayor beneficio para cualquiera, dependerá del tiempo en que demoren para producir la mayor cantidad de baterías de ión litio.

Para alcanzar ese objetivo, cada país asumió características diferentes para el emprendimiento de explotación del litio en los salares de su jurisdicción. En el caso de los vecinos, se han dispuesto capitales mixtos, incluyendo la participación estatal, pero sobre todo la admisión de inversionistas externos que están en franca competencia para cubrir la mayor extensión de operaciones incluso en dos países a la vez, Chile y Argentina, que marchan con cierta coordinación sobre las opciones de explotar e industrializar el litio para producir las baterías que darán energía a la nueva generación de coches eléctricos.

Destacados profesionales y estudiosos de este recurso natural del país, coinciden en la preocupación de "una marcada demora" en los planes nacionales para impulsar la fase industrial del producto, tomando en cuenta que se han hecho algunas pruebas, pero no suficientes para entrar al desarrollo de producción industrial de gran escala.

En la perspectiva boliviana, Rolando Kempff Bacigalupo, escribe, señalando que la riqueza del salar de Uyuni será sustituto de los actuales ingresos petroleros y recuerda que hace años la revista Forbes reconoció que Sudamérica podrá convertirse en la "Arabia Saudita del litio", porque los yacimientos de ese mineral entre Bolivia, Chile y Argentina, superan el 75 por ciento de las reservas mundiales.

Ya en el plano actualizado de este asunto, hay que convenir en que el tratamiento industrial del litio, se convierte en la esperanza económica de nuestro país, por lo que el Gobierno aprobó (tiempo atrás) un programa de inversiones para el sector que supera los 900 millones de dólares. La visión está en ser parte de la abierta competencia para producir baterías de litio, que ya son requeridas por la naciente industria automotriz eléctrica y en la medida que pasa el tiempo y aumenta la fabricación de coches sin combustible fósil (petróleo) serán de intensa demanda. Los proveedores de nuestra región sudamericana, tendrán que extremar sus proyectos para satisfacer la gran demanda del tiempo inmediato.

La industria automovilística a nivel mundial está empeñada en fabricar miles de nuevas unidades que dejarán de utilizar combustible derivado del petróleo, lo que constituye el "cambio energético del siglo" y que debe ser satisfecho con baterías que sean cada vez más útiles, prácticas, más livianas y al mismo tiempo que oferten mayor potencia y calidad. Los retos serán continuos y exigirán fuertes inversiones para mejorar tecnología y rendimiento productivo en baterías.

INTERÉS MÚLTIPLE

Mientras en nuestro país se avanza todavía lentamente en el negocio de las baterías de litio, hay una sórdida campaña abierta por las grandes industrias de automotores, entre estas una interesada en captar la mayor cantidad de la producción de baterías de Chile y Argentina, porque todavía no logró avances de tipo comercial con Bolivia, pero que con un comercio seguro con dos países se consideraba líder para el futuro negocio de las baterías de ión litio.

Las cosas no marchan como quisieran los grandes capitalistas, de ahí que algunos planes tendrán que ser reformulados seguramente para repensar en la propuesta del país con mayores reservas, en este caso Bolivia, para establecer un "pull" de productores que defina volúmenes de venta de sus productos, pero sobre todo que fije los precios de comercialización para la exportación de litio y todos los subproductos que se obtienen en el proceso de su industrialización.

Se confirman marcas de grandes industrias, la principal y en busca del monopolio del comercio de baterías, sería la Tesla Motors, interesada además en incorporar ciertas características técnicas a la producción de baterías, sin embargo, se trata de una posición que no pudo avanzar mucho entre los productores que parecen muy seguros de lo que fabricarán en serie.

Según datos del analista de temas sobre el litio, Juan Carlos Zuleta Calderón, sucede que Tesla Motors no es el único participante en el juego de producir el vehículo eléctrico, otros actores potenciales en el mercado de vehículos eléctricos son la BYD, BMW, GM. Nissan- Renault, la VW y la Hyundai - Kia, todas interesadas en ampliar sus líneas de producción de vehículos eléctricos, lo que significará una demanda extraordinaria de baterías de iones de litio, para poner en movimiento sus modelos de coches sin gasolina.

El analista refiere también la competencia que existe en cuanto a la producción de baterías de litio y que están a la expectativa de lo que ocurra en el movimiento que hagan los países productores para movilizar sus intereses en el empeño de producir más baterías de ión litio, pero cada vez con menor precio. Las empresas interesadas en el negocio fuera de la Tesla, son la BYD, LG, FoxCon y Boston Power.

La proyección del uso del litio, se perfila hacia el 2015 y su mayor evolución hacia el 2020, eso significa que para ese año, la demanda internacional será realmente fuerte, en el sentido de cantidad y calidad, un periodo de tiempo en el que los países productores deben establecer con mucha claridad, sus reales posibilidades de atender y sostener la demanda de baterías de ión litio.

Por su parte el experto Kempff Bacigalupo, alude que en función de la oferta mundial de litio, Bolivia posee el 47,2% de las reservas sudamericanas del mineral, se establece en el cálculo que globalmente las reservas de aproximadamente 30 millones de toneladas, aseguran más de 200 años de consumo.

Visto el futuro de este negocio, debe considerarse además que en el último tiempo el precio internacional del litio se elevó en tres veces su valor entre las gestiones de 2003 al 2008 que era de 2.000 dólares la tonelada y que en la actualidad oscila entre los 5 y 6 mil dólares la tonelada.

Al cerrar este análisis muy interesante sobre la expectativa en materia de explotación e industrialización del litio, con el precio actual que podría mantenerse hacia las próximas gestiones con muy pocas variables, nuestro país podría obtener ingresos al borde de los 1.200 millones de dólares en el 2020, cuando se alcancen los niveles deseados en la producción de baterías elevando sustancialmente el porcentaje del PIB y asegurando un crecimiento sostenible.

Lo que preocupa a los expertos es la situación actual del proyecto, del que en términos generales se menciona que tiene "avance sustancial" en la proyección de lograr una producción cercana a 50 mil toneladas de carbonato de litio a escala industrial y con grado batería, más o menos en el último trimestre del 2018, según una previsión de la Comibol que coincide con los análisis sobre la materia, pero dejando la duda sobre el cumplimiento de metas precisas. El tema es que si bien nuestro país, tiene mayor porcentaje en la reserva mundial, los países vecinos están adoptando una serie de medidas, para concretar cuanto antes sus planes de explotación y los que estén ligados a la industrialización del litio. Es un asunto de cuidado, pues la competencia será dura y necesita respuestas consistentes.


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