Friday, July 22, 2016

Del litio al hecho, hay un buen trecho

En lo que corresponde a la explotación del litio, la historia en nuestro país, en los primeros intentos de su explotación se remontan al periodo del ex presidente Jaime Paz Zamora, en su gestión del año 1990 cuando una empresa internacional que se especializa en la explotación del "metal blanco", propuso al gobierno de entonces lograr una concesión en el salar de Uyuni para explotar litio, se trataba de la Lithium Corporation, que sin embargo no logró su propósito por la abierta resistencia de los dirigentes cívicos de Potosí, que aun sabiendo de las grandes necesidades de ese departamento en materia económica, decidieron "cuidar" esa valiosa reserva de litio esperando que el Estado se hiciera cargo de tal explotación y su futura comercialización.

Por entonces no se mencionaba todavía la opción de encarar la industrialización del producto, aunque ya en los mercados internacionales se incrementaban los requerimientos de algunas industrias para tener esa materia prima que permitiría fabricar las "pilas de litio".

Frente a la oposición de las fuerzas potosinas, el gobierno de entonces no insistió en el asunto y los ejecutivos de la Lithium determinaron trasladar el proyecto íntegro más su inversión al salar argentino denominado el "Hombre Muerto", donde comenzaron una operación que posteriormente fue creciendo y abriendo el interés de otros inversionistas que apuraron la extracción de litio en ese país, creando un primer factor de competencia con Chile.

Más de una década y media tuvo que transcurrir para que el Estado ponga los ojos en la riqueza dormida en los salares bolivianos, el de Uyuni en Potosí y el de Coipasa en Oruro, donde el litio "dormía a flor de tierra", como lo señalaron varios expertos que estaban pendientes de que se inicie la explotación de litio en Bolivia, considerando ese reservorio como uno de los más importantes en la región sur de nuestro continente. Los expertos señalan que Bolivia posee el mayor porcentaje de la reserva mundial de litio, sumando lo que tiene Chile y Argentina, el triángulo sudamericano tiene más del 60 por ciento de las reservas mundiales de litio.

Una de las premisas de nuestro gobierno es convertir al país en el mayor productor de litio, lo que le permitiría en un futuro mediato, controlar el mercado internacional y naturalmente el precio de comercialización de este valioso recurso.



UN GRAN MERCADO

En el tiempo presente, el crecimiento en la producción de modernas computadoras, cada vez más livianas y pequeñas, el gigante mercado de los celulares, las tablets, instrumental médico, aparatos de precisión, equipos de televisión y sonido, electrodomésticos sofisticados y un infinidad de usos hacen de la futura industria del litio una de las más productivas y por lo mismo rendidoras para las economías de los países que profundicen sus negocios.

Sin embargo, la atención de algunas industrias está en la mira del litio para la masiva producción de toda una gama de "baterías de litio" que darán paso a la moderna industria automovilística de coches eléctricos que funcionarán con esas baterías, desechando los combustibles fósiles. Autos de este tipo ya han sido lanzados al mercado, son excesivamente caros, pues son los primeros, pero los planes de crecimiento de esa nueva y prospera industria hará que la competencia regule precios y marque el crecimiento de nuevas industrias, que tendrán como base de su producción las baterías de ión litio.

El proceso de explotación e industrialización del litio, que hasta hace poco se producía de manera "reservada", en la actualidad cobra marcada importancia, de manera especial en el juego de importantes inversiones que realizan grandes empresas para competir en el desarrollo de planes especiales en los yacimientos de Chile y Argentina, incluso uno de ellos con participación accionaria en los yacimientos de los dos países.

Es que el litio se convierte en la materia prima de mayor requerimiento en un tiempo relativamente corto, pues como van las cosas paralelamente se hacen grandes inversiones en la implementación de laboratorios y enormes centros productivos de lo que será la transformación del litio en baterías de alta potencia y resistencia, al mismo tiempo de sofisticados modelos que inclusive servirán para impulsar proyectos físico - químicos y producción nuclear, lo que abre intereses en países de las grandes potencias, la del norte, pero también de Europa y con mucho movimiento promocional empresas asiáticas.

El inusitado interés de los "grandes capitales" por supuesto que no pasa desapercibido en los países propietarios de las reservas de litio, que por su parte asumen también planes de contingencia para frenar ese entusiasmo desmedido de las industrias que desean incursionar en el maravilloso negocio del litio.

Lo que sobresale es que en los tres casos del triángulo sur, con la mayor reserva de litio a nivel mundial, predomina la participación estatal. En el caso boliviano es total, en tanto que Chile y Argentina, se abrieron a la inversión privada, pero sin abandonar el control de Estado en el cuidado de sus reservas de litio.



DEL LITIO AL HECHO

Para aclarar el panorama, en el caso del litio boliviano hay todavía un buen trecho que avanzar para entrar en la etapa de la producción industrial, aunque debe reconocerse que se han producido significativos avances y algunos productos derivados de las sales de potasio ya se han comercializado, incluso ya se han producido "baterías de muestra" con buenos resultados iníciales.

En el específico caso de Bolivia, se reconoce un retraso en el avance de los planes prácticos de producción aunque se indica que en la gestión que avanza se han cumplido varios planes como la firma de convenios para la construcción , montaje y puesta en marcha de la planta industrial de sales de potasio, contrato para el proyecto de ingeniería a diseño final de la planta industrial de carbonato de litio (Li2CO3) y la firma de otro contrato para la implementación de una planta piloto de materiales catódicos, como parte de los avances que se han concretado por parte de la Gerencia General de Recursos Evaporíticos y que constan en la memoria de la gestión pasada.

De acuerdo a otros datos de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE) en el mes de abril del año 2017 se definirá recién el costo y el tiempo de la construcción de la planta industrial de carbonato de litio, mientras tanto lo que ya se tiene es la planta piloto para obtener la imprescindible materia prima para fabricar las baterías de litio. Se asegura que las operaciones de esa planta piloto se consolidan con la producción de Li2CO3, en grado de batería que está siendo acopiada para su futura venta y disposición de volúmenes que requerirá la planta piloto de materiales catódicos que a su vez se implementa en el complejo industrial de La Palca, en Potosí.

Con esos datos los expertos en la materia coinciden en señalar que en el proceso de tratamiento del litio en nuestro país hay un notorio rezago, frente a los adelantos que se registran en los países vecinos, donde ya se dieron pasos más adelantados en los procesos de industrialización del material que tiene alta demanda mundial y que menos mal irá en aumento en la medida en que vaya creciendo la industria de los automóviles eléctricos. Por eso se dice que en la materia "del litio al hecho, hay un buen trecho".

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