Monday, April 25, 2016

El impacto de la bonanza del “oro blanco” en América Latina

El litio, el "oro blanco” o el nuevo oro del siglo XXI es el metal más liviano del mundo, y sus propiedades lo hacen fundamental para las baterías que alimentan los automóviles eléctricos, los teléfonos y las más diversas computadoras portátiles. Se encuentra en grandes cantidades en Chile, Bolivia y Argentina, que concentran el 60% de las reservas mundiales de litio en salmuera, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por su sigla en inglés).

El litio se distribuye de siguiente manera en América del Sur: Argentina dispone 10%, Bolivia 50% (en Uyuni) y Chile 25% (en Atacama). Y en su comercialización mundial, Chile abarca el 44%, seguido de Australia (25%), China (13%) y Argentina (11%).

El mercado se consolida

Este año al parecer es clave para el despegue de la producción de ese metal. Mientras los productores petroleros lamentan el desplome de sus precios y las empresas mineras intentan sobrevivir al naufragio de los mercados, el litio vive momentos de bonanza según las opiniones de los expertos en medios internacionales.

Ello promete traer grandes beneficios a países sudamericanos como Argentina, Chile y Bolivia. Los precios del litio que importa China se duplicaron en dos meses entre noviembre y diciembre de 2015; llegaron a 13.000 dólares por tonelada, según The Economist.

El interés por el litio es tal que el banco de inversión Goldman Sachs lo bautizó como "la nueva gasolina”. Un informe de la consultora Allied Market Research estima que el mercado mundial de las baterías de litio podría acercarse a 46.000 millones de dólares en 2022. Parte de esa euforia tiene que ver con el anuncio del empresario Elon Musk a inicios de este abril sobre sus deseos por expandir la producción de los autos eléctricos Tesla.

Cientos de miles de personas han encargado con anticipación su nuevo Modelo 3 y el empresario construye una gigantesca fábrica de baterías para esos autos en el desierto de Nevada, Estados Unidos. "Para producir 500 mil vehículos al año, básicamente necesitamos absorber toda la producción de litio del mundo”, aseveró ante los medios Elon Musk. Y ese es apenas uno de los competidores en el mercado de los autos eléctricos, sin mencionar a productores de baterías de computadoras y de otros artefactos electrónicos, también necesitados de asegurar buenas fuentes de litio.

Los tres países beneficiados

En América Latina hay razones para mirar con mucho interés estos desarrollos: Bolivia, Argentina y Chile son tres naciones ubicadas en una especie de "triángulo de oro” del litio. Ello llevó a la revista estadounidense Forbes a declarar hace unos años que la zona es la "Arabia Saudita del litio”.

El experto boliviano en litio Óscar Ballivián Chávez asegura que el gran problema que tiene Bolivia es que el litio de su salar está muy mezclado con magnesio y se necesitan insumos caros para separarlos. Es importante atraer inversiones, pero hay fuertes restricciones a la inversión extranjera, aunque el gobierno de Evo Morales buscó establecer condiciones a las multinacionales interesadas que permitan que el Estado retenga el control de la industria.

La producción a gran escala de litio en Bolivia todavía no ha comenzado. El Estado aún ensaya con una planta experimental de producción de carbonato de litio en el área.

En Argentina y Chile, varias empresas privadas extraen el mineral, aunque, al igual que en Bolivia, algunos aseguran que esos esfuerzos deberían concentrarse en la producción de las baterías, de mayor valor agregado, más que en la simple extracción del metal.

Chile ha liderado la producción de litio, con cerca del 33% de la oferta mundial. Y muchos creen que la reciente llegada al poder en Argentina de un presidente con abierta simpatía por la inversión extranjera, Mauricio Macri, dinamizará la llegada de capitales foráneos al sector de explotación en litio en esa nación.

Empresas japonesas, estadounidenses, australianas y de varias naciones europeas, entre otras, participan en proyectos en marcha en esta fiebre por asegurarse las fuentes de litio. No obstante, como en muchos otros sectores mineros en América Latina, hay sectores que advierten de las posibles consecuencias sociales y ambientales de esta bonanza en ciernes.

Los paisajes únicos en el mundo y hoy casi intactos de los grandes salares andinos quizá estén condenados a desaparecer para satisfacer la demanda extranjera por baterías. Asimismo, "falta ver si las comunidades que viven a su alrededor recibirán los beneficios de ser el epicentro mundial de la producción de la nueva gasolina”, afirma la BBC.

No comments:

Post a Comment