Monday, August 10, 2015

Estudio: Sal en mercados contiene dosis de plomo


CONSUMO DE SAL

Según datos de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (2003), en Bolivia el 4% de los hogares no utiliza sal o no cocina, el 86% utiliza sal en bolsa con sello y el 90% de los hogares entrevistados consume sal yodada, siendo el menor porcentaje el registrado en Chuquisaca con un 84%.
El consumo per cápita de sal es de cinco a 15 gramos al día.

El plomo es un metal tóxico que puede causar serios problemas de discapacidad mental e incluso la muerte, dependiendo de la dosis; sin embargo, pese a que su control debería ser estricto, actualmente, varias empresas de sal en Bolivia venden su producto con casi un 400% más del máximo de dosis de plomo permitido, según un estudio al que accedió CORREO DEL SUR.

La investigación realizada por el Instituto Tecnológico de Alimentos (ITA) con 23 muestras de las sales más representativas del consumo diario en los hogares bolivianos, reveló la exposición a la peligrosa contaminación por plomo a la que está sujeta la población a través del consumo de sal, un alimento de ingesta diaria.

El muestreo de 23 marcas de sal proveniente de distintos yacimientos de Bolivia muestra que la sal que se vende en los mercados de todo el país tiene valores de plomo de entre siete y 11 miligramos por kilogramo de sal, cuando el máximo permitido en la normativa boliviana vigente es de sólo dos, informó al diario de la Capital el director del ITA, Ricardo de Gumucio.

El alto contenido de plomo en la sal es peligroso para la salud porque ese compuesto no se elimina y más bien se acumula en el organismo, sobre todo en los huesos, en los que se adhiere al punto que sustituye al calcio. Además, provoca serios problemas de aprendizaje en los niños ya que el metal se acumula también en el cerebro. En un corto plazo, el daño del consumo de plomo es imperceptible, pero a la larga provoca discapacidad mental o, dependiendo de la dosis, la muerte.

La investigación del ITA citada por CORREO DEL SUR concluyó que de las 23 muestras analizadas, el nivel mínimo de plomo encontrado es de 7.23 miligramos por kilogramo y el máximo de 9.48. Todas las marcas investigadas están por encima del nivel máximo permitido de dos miligramos por kilogramo.
Las muestras recabadas para el análisis provienen de los tres yacimientos más grandes de Bolivia: los salares de Uyuni, Coipasa y Colchani, con sus respectivas vertientes salinas.

PELIGROSO
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), no existe ningún grado de exposición al plomo considerado seguro, empero, la dosis máxima que Bolivia permite en alimentos es de dos miligramos por kilogramo. La OMS incluyó al plomo en la lista de los diez productos químicos causantes de graves problemas de salud pública que exigen la intervención de los Estados para proteger la salud especialmente de niños y mujeres en edad fértil.

¿CONTROL?
El estudio del ITA, dependiente de la Universidad San Francisco Xavier, fue realizado de manera independiente a fines del año pasado; sus resultados estuvieron listos a principios de este año y debido al peligro que evidenciaron fueron inmediatamente derivados al Ministerio de Salud al estar clasificados como una alerta roja de contaminación; empero, hasta ahora, no hubo respuestas de la instancia estatal encargada de velar por la salud, informó Gumucio a CORREO DEL SUR.

Si bien el consumo de sal es pequeño, el hecho de que sea constante, común y diario provoca que las personas se expongan a la contaminación de plomo a lo largo de su vida.

SIN REFINACIÓN
Actualmente, el proceso que sigue la sal es el secado al sol, sin tratamiento de purificación ni refinación, es decir que al extraerla del salar básicamente sólo se la seca, muele y embolsa para luego distribuirla en los mercados del país, comentó Gumucio.

De acuerdo con los resultados preliminares, el Director del ITA indicó que incluso existe la posibilidad que el plomo de la sal esté en los mismos salares, aunque la teoría aún debe corroborarse a través de muestras.

Su tesis sostiene que es probable que el metal se haya acumulado con el pasar de muchos años con la lixiviación en aguas de quebrada que obligatoriamente pasan por vertientes internas de las cordilleras desde donde habrían arrastrado el tóxico compuesto químico.

La teoría de que aguas de algunas vertientes provenientes de las cordilleras tengan contenido de plomo, también se fundamenta debido a la presencia del metal en algunas hortalizas provenientes de regiones altas de Chuquisaca y Potosí, que usualmente son regadas con ese tipo de agua, finalizó el Director del ITA en sus revelaciones a CORREO DEL SUR.

DAÑO EN LA SALUD
El reporte del ITA señala que la exposición crónica a concentraciones relativamente bajas de plomo puede ocasionar daños en los riñones, hígado, sistema reproductor, cardiovascular, inmunitario, nervioso y gastrointestinal. Pero el efecto más crítico de esta exposición es el menor desarrollo cognitivo e intelectual de los niños afectados.

La exposición breve a elevadas cantidades de plomo puede ocasionar dolores gastrointestinales, anemia, encefalopatías y hasta la muerte.

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